En la esquina de Castañeda y Sucre se encuentra una de las aperturas más esperadas del año. Se trata de Kona, el proyecto de Narda Lepes e Inés de los Santos, dos de los nombres más importantes de la industria gastronómica. Una propuesta japonesa que combina restaurante en la planta baja y bar en el primer piso. El concepto era claro: no disfrazar el espacio, que la arquitectura y el diseño estuvieran pensados desde Japón, jugando con la elección de materiales, iluminación y ambientación. El equipo que llevó a cabo la obra fue liderado por mujeres, además de Narda e Inés, arquitectas y diseñadoras.
“Abajo está la cocina, toda a la vista. Se nota el calor de los fuegos y el equipo trabajando. Jugamos con los contrastes, en el salón reina la calma. Arriba sucede lo opuesto, en el bar el frío es protagonista y el calor lo trae la gente”, dice Narda.
Sobre el restaurante
Narda Lepes es una apasionada de la cultura gastronómica japonesa y la estudia hace años. La propuesta de Kona es tradicional japonesa, pensada desde su filosofía: “armamos la carta para que te ayude a comer de la forma en la que ellos comerían. Lo que te bajamos primero, ellos lo pedirían para empezar”. La carta incluye algunas opciones que se mueven de la ortodoxia, pero horizonte claro: “el japonés está muy abierto a incorporar cosas nuevas, las toma y las hace a su manera. El curry, el whisky, el uso de la manteca. Nosotros hacemos lo mismo, siempre pensando en que los platos de nuestra cocina podrían enmarcarse en la cocina de casa de Japón”.
Utilizan ingredientes japoneses, como soja y miso, y otros locales, como el sake de Fernando Mayoral. Distintas calidades se usan para preparaciones diferentes.
A partir de mayo, Kona también abre los mediodías, de martes a sábados de 12 a 16 horas. El menú tiene precio fijo e incluye una proteína que cambia diariamente (sushi, pescados o carnes), que vendrá acompañada por sopa de miso, vegetales frescos y encurtidos, ensaladas y arroces varios.
Sobre el bar
Pocos países del mundo tienen un estilo de coctelería tan marcado como Japón. La sutileza característica, el uso de pocos ingredientes, la escasez de garnish y el manejo del hielo. Todo esto tiene un rol fundamental en Kona: resulta complejo tener en la barra whiskies japoneses o sake importado, pero se puede dar identidad japo a través de lo conceptual y el trabajo del equipo del bar. “Diseñamos versiones de los cócteles más bebidos en Japón, pero también entendemos que somos un bar, ¿querés un gin tonic? Te lo voy a dar, pero sumándole jugo de manzana fresco y salsa ponzu. Hay formas de disfrutar del bar de hoy a la manera japonesa”, comenta Inés de los Santos.
Próximamente
Kona acaba de abrir y ya hay cientos de ideas nuevas girando por las mentes de sus dueñas. Algunas de ellas están muy cerca: abrirán una ventana a modo de despacho, con café de especialidad y pastelería japonesa; y una tienda en la que se podrá obtener parte de la vajilla y cerámica utilizada en el local.
Kona Corner
@konacornerba
Castañeda 1899, CABA
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