Crítica de Confesiones de mujeres de 30. Protagonizada por Sofía Gala Castiglione, Julieta Cayetina y Tamara Pettinato. Dirigida por Lía Jelín y basada en los escritos de Domingos de Oliveira.
Luego de su primera puesta en escena en el año 2001, Lía Jelín vuelve a apostar con esta obra con un elenco renovado de nombres conocidos.
El nombre más o menos te explica todo: son las confesiones de mujeres de 30 años, el momento del “ahora o nunca”. Lo que no te cuentan es que, básicamente habla de las dificultades que pueden enfrentar 3 mujeres de veinte y treintipico, famosas y actrices. En su mayoría se habla de temas con los que el público se puede relacionar, pero si no conoce de la vida de las familias de estas tres actrices es medio difícil encontrar cosas en común.
Es muy refrescante ver a estas mujeres hablando de sexualidad y de drogas sin ningún tipo de tapujo: Sofía Gala simula masturbarse en el escenario, Tamara Pettinato habla de lo feliz que la hace poder ver porno a todo volumen a las 3 de la tarde, fumar porro con amigas; qué hacer si tu vieja te encuentra el porno, el lubricante y la por**** de goma, como el director de una obra le dio a Cayetina un “tsunami de pi**” que casi, casi la hizo acabar y finalmente, el absolutamente desopilante del viaje de ayahuasca de Sofía Gala.
La obra se centra algunas de las problemáticas de las mujeres de 30: la necesidad de disfrutar de algo que no sea la plata, el miedo al abandono, la disconformidad ya sea laboral o relacional.
Algunas perlitas destacables son, por ejemplo, la lista de como son los hombres de 18, 40 y de 60 años con los que suelen salir y describen a los de 40 como “hombres que te enamoran, están casados y si no lo están son neuróticos graves con 20 años de aporte a la neurosis” y los de 60 años que necesitan “30 miligramos de Viagra que los van a hacer acabar…en el hospital”. Y la lista de los tipos de amantes, donde se destaca “el romántico” que “habla hasta hacerte acabar…con las ganas de vivir”.
La cuarta pared se ve interrumpida varias veces ya que interactúan con el público y hasta realizan una breve encuesta sexual a las parejas del recinto, donde todos mienten descaradamente.
La obra se apoya en muchos lugares comunes y se mofa de la fama de las actrices que la interpretan, tratan de tocar temas un poco más comprometidos, pero no llegan ni a tocar la superficie. No te hace morir de risa ni tampoco te hace reflexionar. Simplemente, está.
por Daniela Barri
Fotos: facebook.com/ConfesionesM30
Confesiones de Mujeres de 30
Teatro PICADERO: Enrique Santos Discepolo 1857 – CABA
Funciones: Jueves, Viernes y Sábado 22.30hs – Entradas a través de: PlateaNet