Musical protagonizado por Juan Rodó, Raúl Lavié, Melania Lenoir, Eluney Zalazar, y elenco. Dirigido por Sergio Lombardo.

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Luego de 18 años de intentos fallidos (y, según palabras de él, corriendo el riesgo de que se le pasara el cuarto de hora), Juan Rodó pudo cumplir el sueño de llevar a cabo este histórico musical.

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Jekyll & Hyde se estrenó en el año 1990 en Houston, para luego debutar en Broadway siete años después. Lleva miles de producciones internacionales, incluyendo dos tours por Estados Unidos, otros dos por el Reino Unido, una versión en concierto y un reestreno que se hizo en el año 2013, nuevamente en Broadway. El papel del Dr Jekyll fue interpretado por innumerables actores, entre ellos, y sorprendentemente, David Hasselhoff (mejor conocido por su trabajo en la serie Baywatch y Knight Rider) y Sebastian Bach (el cantante de la banda de rock Skid Row). La historia está basada en el clásico de la literatura, “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde” de Robert Louis Stevenson.

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Esta producción poco tiene para envidiarle a las grandes puestas de Broadway o del West End: desde los ajustados corsettes con encaje que componían el vestuario hasta el laboratorio completo del doctor Jekyll con tubos de ensayo y hasta mecheros encendidos, la escenografía y el vestuario tienen el nivel que esta producción requiere.

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El leitmotiv de la obra es la falsedad de la sociedad del Londres del siglo XIX: clérigos de la iglesia que utilizan la prostitución, asistentes a galas benéficas cuyas causas no les interesan, amigos que se juran lealtad para luego apuñalarlos por la espalda, todo se ve reflejado en esta pieza donde el protagonista ya no puede elegir qué faceta mostrar, sino que el costado de su personalidad que desea ocultar, que no es apto para el público en general, toma por completo el control de su vida y hace “justicia” con aquellos que son hipócritas.

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El único aspecto negativo del guión es la relación de Jekyll/Hyde con Lucy Harris: en un principio parece ser totalmente violenta, en la cual Lucy necesita atención médica luego de ser visitada por Jekyll. Pero más adelante, parece que ella disfruta de sus ataques y de la violencia que le infringiendo, y que es “seducida por su toque”, pero también le tiene un miedo profundo y sigue las órdenes de Hyde a regañadientes. Esto probablemente era aceptable en el guión original en el año en que se estrenó la obra, pero en el año 2016, donde la violencia de género es moneda corriente y en boca de todos los medios de comunicación, mostrar una relación que es abusiva y que no parece tener ningún tipo de consentimiento no es correcto. El enfoque tendría que haber sido mostrándolo como el vínculo tóxico que es o, en todo caso una relación del estilo BDSM, dónde los adultos consienten a la violencia que dan y reciben, donde luego se realiza el “aftercare”, que es el cuidado y contención de esa persona, cosa que no se muestra en esta obra. No debería haber lugar a dudas, a matices en el nivel de consentimiento que se muestra; la violencia debe ser consentida, y si no lo es, mostrarlo como ejemplo de una relación abusiva o ejemplo de Síndrome de Estocolmo, no de una relación tan apasionada que Lucy se deja golpear por Hyde porque “la sedujo con su toque”.

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Juan Rodó es certero en su representación de Jekyll y Hyde: serio a la hora de de mostrarnos al doctor, pero da rienda suelta por completo a su lado salvaje cuando libera a Hyde. Raúl Lavié adapta su estilo de voz tanguera a lo que la pieza requiere y acompaña muy bien como narrador y consejero.

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Melania Lenoir deslumbra y conmueve en el papel de Lucy, mostrando y descubriendo las distintas capas que componen al personaje: su sensualidad, su vulnerabilidad, su deseo y añoranza. Su voz no dejó piel sin erizar en la interpretación de “A New Life” y conmovió hasta las lágrimas con “Someone Like You”, mientras que también supo seducir y bailar al ritmo de “Good N Evil”, donde la coreografía también fue destacable.

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El estado mental de Lucy se pueden ver reflejados esta cita de Anaïs Nin de Henry and June: “Este hombre me da miedo, como si en él tuviese que enfrentar todas las realidades que me aterran. Su ser sensual me sobrecoge. Su ferocidad envuelta en ternura, su repentina seriedad, su mente pesada y llena de conocimiento. Me encuentro hipnotizada. Veo sus manos suaves y blancas, su cabeza, que pareciera ser demasiado pesada para su cuerpo…que contiene tanto de lo que odio y de lo que amo, de lo que temo.” *

por Daniela Barri

Publicado originalmente en GEOteatral

*Traducción Daniela Barri