Cata de Rones Havana Club con Martin Bruno

Tuvimos la suerte de poder participar en una cata de rones cubanos en Suspiria Resplendoris. Fueron de la marca Havana Club, rones de reconocida calidad en el mundo. Por si fuera poco fue el embajador de Pernod Ricard, Martín Bruno, mejor sommelier argentino 2017, el encargado de llevar a cabo la degustación.

Acogidos por la atmósfera cinematográfica del bar entre cortinados rojos, sillones de terciopelo verde y mesas de mármol negro, nos esperaban los 4 tipos de rones que íbamos a probar en pequeñas copas tapadas, para no perder los aromas del mismo.

Todo empezó con una pequeña introducción de Martín, quien nos contó de los orígenes del ron y las diferencias entre los rones, para ponernos a tono con la historia de lo que íbamos a probar. Así nos fuimos adentrando en la tradición ronera del Caribe y en las particularidades del ron cubano.

Ya luego empezamos a probar los rones que teníamos por delante. El primero a degustar fue Havana Club 3 años. Este ron tiene un color claro con reflejos amarillos, cada parte de él tiene al menos tres años añejamiento, porque estos rones son blend hechos por los maestros roneros de Havana Club. En la nariz se sienten aromas sutiles, con toques de roble, frutas blancas y hierbas. El paladar es balanceado y ligero, con un sabor dulce, levemente afrutado con toques cítricos.

Es el componente perfecto para tragos tan tropicales como el mojito y el daiquirí, tragos que nacieron en Cuba precisamente por la calidad de bebidas y de bartenders que se reunió en una época, sobretodo durante la Ley Seca de Estados Unidos cuando muchos americanos se iba a pasar el fin de semana en unas playas paradisíacas, una ciudad que no se duerme y una musica adictiva.

Luego probamos Havana Club Añejo Especial, este ron tiene un doble proceso de  añejamiento para el segundo usan barricas de roble blanco, crea un identidad diferente a los sabores, notas de vainilla y caramelo que ya venía de las primeras barricas, así como un toque de madera joven que le aportan los barriles. Tiene un color más dorado prometiendo un sabor intenso y redondo del ron. En nariz se sienten aromas vegetales y cítricos como son especias, naranja y notas florales que se le incorporan con este segundo añejamiento. Es el ideal para el cóctel Cuba Libre que se sirve en La Habana.

El próximo fue un Havana 7. Este ron se realiza en parte mediante un añejamiento continuo: cada año, una pequeña cantidad de ron se devuelve a la barrica para mantener igual el espíritu del Havana 7. Este proceso sigue vigente hoy en día desde el 1960, y el Havana 7 siempre contiene el espíritu de este primer lote de hace décadas. Es suficientemente especial para ser disfrutado solo o con hielo.

Tiene un color brillante y nítido color caoba. Posee un aroma intenso y delicado, con fuertes y complejas notas de cacao, vainilla, madera de cedro y tabaco dulce. Es un ron elegante y excepcionalmente gustoso, con una entrada voluptuosa y aterciopelada, luego da paso paladar equilibrado y complejo a la vez, con cacao, vainilla, caña de azúcar, castaña y aromas de frutas caramelizadas, subrayadas por roble suave y firme junto con especias agridulces. Final intenso complementado con las notas de añejamiento.

Por último pudimos degustar Havana Club Selección de Maestros, un blend excepcional realizado a mediante un proceso prácticamente artesanal por los 7 Maestros Roneros. Primero se reúnen para escoger los mejores rones añejos. Después se realiza una mezcla de estos rones y le proporcionan un añejamiento adicional. Realizan una 2da seleccion y eligen los rones que han madurado a la perfección; es por esto que ninguna botella por año se parece a la anterior, todas son dentro de su identidad diferentes. La mezcla final se embotella directamente de la barrica a 45 % de alc/vol.

Visualmente se distingue por un color ámbar cálido, con un intenso brillo rojo. En la nariz, frutos secos tostados y aromas de especias como aporte de la. En boca, una entrada redonda que da inicio a un complejo sabor: se siente cacao, café, tabaco y especias marrones. Un acabado de roble ahumado y especias mezclado con frutas confitadas ofrece una equilibrio final notable.

Gratísima experiencia de recorrer todos estos nobles rones con la mano y la sabiduría de Martín Bruno.

Por Daniel Díaz Canel


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