Conociendo a Finca Beth junto a Enrique Sack

Finca Beth es uno de esos proyectos que enamoran por la pasión que le ponen sus hacedores. Todo empezó para Enrique Sack con una visita a la finca de un amigo en Paraje de Altamira, una de las joyas de la viticultura local. Le encanto el paisaje, las viñas, el contraste del terreno con los Andes. Volvió convencido de que quería emprender algo similar. Se juntó con otros 4 amigos que también son outsiders del mundo del vino, pero se sumaron a la idea y de aquí salió el germen de lo que hoy por hoy es Finca Beth.

Fundada en el 2010, no tienen una producción masiva, recién en este año llegarán a las 20.000 botellas entre sus 2 líneas, 2KM y Rompecabezas. ​Prefieren concentrarse en pequeñas cantidades​, de hecho las añadas anteriores son mucho más chicas, baste con decir que la primera fue en el 2013 y solo salieron 1800 botellas.

La finca en si tiene 60 hectáreas, divididas en cuarteles, están sembrados con viñas y nogales. No toda la uva que cosechan la emplean en la finca, bodegas de primer nivel son compradoras de parte de ellas. ​Al darse cuenta de la calidad de la misma, se les ocurrió elaborar un vino propio. Contactaron al enólogo Juan Pablo Michelini para proponerle que interpretara el terroir y buscara un vino con su sello.

De aqui salio 2Km llamado así por la longitud de la finca, un vino en palabras de los creadores “Salvaje como el desierto de Altamira”, En la actualidad este proyecto fue continuado por otro Michelini, Matías. Este mantuvo la identidad y aumentó la variedad de las etiquetas. Una de las últimas novedades incorporadas es 2KM Chardonnay Naranjo 2016, 100% Chardonnay, una joya que recomendamos con los ojos cerrados.

Al mismo tiempo que iban haciendo 2KM empezaron otro proyecto en paralelo con un enólogo que tiene un estilo diferente, Felipe Stahlschmidt, que ya trabajaba en Finca La Igriega. Todo surgió de una prometedora resultado de barrica de malbec del 2012. De aquí se produjo por primera vez la etiqueta Rompecabezas que es muy diferente a la otra línea de vinos de la finca. Es una mirada distinta del terruño. En palabras de Enrique “Rompecabezas es más fácil de beber, es un vino más goloso, con taninos amables potenciando la presencia de la fruta madura”.

En estos momentos Finca Beth está alcanzando el equilibrio en la producción, no les interesa aumentar más porque así pueden controlar la calidad de forma minuciosa. Es lo que se conoce como una bodega boutique en uno de los los terroir más prometedores del país. Estamos seguros que veremos surgir otras interesantes novedades de esta bodega a la cual vamos a seguir muy de cerca y exhortamos a todos a que hagan lo mismo.

Por Daniel Díaz Canel

Fotos: Gaston Santamarina Macia