A veces uno debe salir un poco del circuito nocturno, salir de la vorágine de la ciudad, para apreciar todo y poder encontrar realmente bellezas a pocos kilómetros de Capital Federal, eso es Buenos Bares, la búsqueda de experiencias que enaltezcan los sentidos sin límites ni fronteras.
Impulsado por esa curiosidad, el camino nos llevó a 150km de Buenos Aires, a un lugar cercano a la Bahía de Sanborombom, llamado “Punta del Indio”. Este paraíso de descanso ubicado cerca de Magdalena y Chascomús, es bañado por excelentes atardeceres y las aguas mansas del Río de la Plata.
Su nombre, cuenta la leyenda, se debe a que la zona estaba habitada por los aborígenes Querandíes y como en la lucha contra ellos, se batallo por este lugar tan codiciado por el extenso territorio y riqueza de flora y fauna. Con el correr de los años ésta zona no sufrió grandes modificaciones, siendo un sector dedicado a la ganadería extensiva en grandes estancias sin importantes asentamientos humanos.
Como recuerdo de esta Batalla, y de también el “reconocimiento” a los aborígenes y su noble historia, se erigió la Estatua “del indio” en su balneario principal.
Es un pintoresco pueblo, con callecitas envueltas de vegetación y una hermosa Reserva Ecológica para pasear, esta reserva se ubica dentro del Parque Costero del Sur, declarado por la Unesco como Reserva Mundial de Biosfera con más de 100 especies de aves que se preservan como zorzales, y cardenales.
Un verde paisaje que llega a la margen costera del Río de la Plata, con una pequeña playa-balneario: El Pericón. El agua y los atardeceres recuerdan la tranquilidad del mundo, sin contaminación ni ruidos, todo bajo un fondo plano y blando, libre de rocas y de molestias.
Y si luego de pasar la mañana o tarde, les recomendamos no dejen de visitar el restaurant La Valuchi, un lugar modesto pero cálido, con mucho aire de Campo con una carta de lindos platos caseros abundantes, en donde nuestra nuestra recomendación son los sorrentinos caseros con estofado y salsa mixta son un placer, el asado tiene una pinta excelente para un domingo de sol.
Por todo esto y más, Punta del Indio es un lugar para “perderse” y volverse a encontrar, lleno de tranquilidad, atardeceres, arboles antiquísimos, paseos a Caballo y mucho más. Un lugar especial para estar con uno mismo, con los olores y sabores de nuestra tierra, plagada de encanto.