London Wine Fair 2023

La London Wine Fair ha visto pasar su 41ª edición, y aunque es un evento dedicado al comercio (principalmente business to business), solo un tercio de todos los visitantes estaban estrictamente relacionados con la industria, lo que demuestra cuánto peso tiene hoy en día la industria de las bebidas.

A pesar de que se habló del pico de visitas en la edición de 2018, esta edición contó con 35 sesiones de cata programadas, 417 expositores únicos de 28 países, desde los clásicos como Francia e Italia hasta los menos conocidos por sus vinos, como Ucrania o la República Checa. Esta edición incluyó más de 3500 productos diferentes y parecía que ninguna categoría quedó fuera. Las filas incluyeron todos los estilos clásicos de vino: espumosos, tranquilos, tintos, blancos, rosados, fortificados, junto con opciones bajas o sin alcohol (algunas más relacionadas con el vino que otras) y otras bebidas como licores, destilados y sidra. En resumen, tres días muy ocupados que nos dejaron con la sensación de que no llegamos a recorrer ni la mitad de lo que había para degustar y ver.

Si sos de los que les gusta planificar, podías revisar los expositores del evento y echar un vistazo a las bebidas que planeaban llevar. También podías organizar reuniones con antelación y encontrar su ubicación para un cara a cara en la Feria. De la misma manera, gracias a la colaboración con Bottlebooks, podías incluso mantener el contacto con los diferentes productores/distribuidores y tomar notas sobre los vinos (u otras bebidas degustadas) y luego descargarlas una vez terminado el evento.

En nuestros paseos diarios, descubrimos un increíble vermut rojo de España por Celler de Sanui, una selección de vinos de Ucrania (por Fathers Wine) y la República Checa (por Vinarstvi Valka) que nos dejaron boquiabiertos, y exquisitos Sake y bebidas a base de Shochu de Japón por Umeshuya. Probamos un vino Retsina (Song of The Pines por A. E. Tzivani Bio wines) como nunca antes había probado (fresco, aromático, ligero) y notables vinos dulces fortificados de Rivesaltes por Domaine de Rombeau. Tuvimos la suerte de degustar sus añadas actuales, hasta una impresionante añada de 1963 que nos dejó sin palabras. Otra joya provino de la sección de No y Baja graduación alcohólica, una bebida a base de té llamada Saicho, que no solo tiene el potencial de satisfacer al público que no bebe, sino también de ofrecerles la posibilidad de experimentar maridajes mostrando la gama de texturas y aromas que tiene esta categoría emergente.

En cuanto a las Masterclasses a las que tuvimos la suerte de asistir, el primer día disfrutamos de una selección especial de vinos de Louis Jadot (Borgoña) donde el enólogo Frédéric Barnier compartió su entusiasmo sobre las particularidades de la región y cómo se está preparando para el futuro, manteniendo la identidad de Borgoña. Más sobre esto aquí si querés leer más.

Decidimos dedicar un tiempo a escuchar sobre la gama de vinos producidos en Grecia, con particular interés en Creta, y nos llevó a descubrir vinos aromáticos increíbles y tintos intensos que valen la pena salirse del camino habitual, si querés saber más sobre ellos, te invitamos a leer aquí.

En una degustación más relajada e informal en el Walk up theatre, disfrutamos de tintos elegantes y fáciles de beber, y blancos graciosamente aromáticos de Rumania, con un valor increíble, por Cramele Recas. Estos fantásticos vinos ofrecen una excelente relación calidad-precio y son ideales para acompañar comidas.

Por último, pero no menos importante, en el último día nos sentamos en una Masterclass de Tejo (Vinos de Portugal) y degustamos vinos impresionantes, pero nos dejó sin aliento un vino dulce (Companhia das Lezírias, Séries Singulares Late Harvest), fragante, complejo y perfectamente equilibrado entre dulzura y acidez, una característica que lo convierte en un vino infinitamente bebible, como lo llaman los italianos, un vino de meditación.

Fue refrescante ver más de un evento enfocado en vinos griegos, portugueses y rumanos, así como en algunas zonas menos populares de Francia e Italia. Sin duda, lo más fascinante fue la cantidad de productores que llegaron con deliciosos vinos (y otras bebidas) al evento en busca de un distribuidor, y que esperamos ver pronto en el mercado.


LONDON WINE FAIR

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