Escrita y dirigida por José María Muscari. Protagonizada por Cecilia Dopazo, Martina Gusman, Laura Novoa, Andrea Politti y Patricia Palmer.
“Falladas” arranca como uno esperaría: Un grupo de cuatro amigas que se todos los jueves a cenar y a charlar de la vida. Se presentan características típicamente estereotipadas sobre las mujeres: una hablando mal de otra que no está, hablan de temas de actualidad como el triangulo Pampita-Vicuña-La China, las ofertas del supermercado, las distintas maneras de mantenerse joven y esbelta, etc; la parodia de las mujeres a la Sex and the City, pero sin la ropa de diseñador. Eso lo que Muscari nos quiere hacer cree. Quédense, se van a sorprender.
A medida que se van presentando y las vamos conociendo, estas mujeres ahondan en cuestiones mucho más complejas de la vida de la mujer actual: Diana (Laura Novoa) se presenta como una mujer segura de sí misma y exitosa, para luego confesar, acongojada, que su madre se suicidó cuando era pequeña para alcanzar “la libertad final”. Brenda cuenta que “no sabe relacionarse con los hombres”, “Mis padres me enseñaron que tengo que casarme y tener hijos pero no me enseñaron nada sobre el amor”. Cuando le preguntan cómo está, contesta sinceramente, “Yo no estoy mal. Yo soy mal”.
La herramienta para las confesiones es un micrófono, al que una a una ser acercan para sincerarse y hacer de lo inconsciente algo consiente. Aquí es donde brilla el guión de Muscari: Úrzula (Cecilia Dopazo) perdió por completo su identidad luego de convertirse en madre, a tal punto donde perdió la pasión, “en vez de tener concha tengo vagina, las tetas pasaron a ser mamas y la pasión paso a ser compasión”.
Águeda (Andrea Politti) siente angustia cuando no le contestan el Whatsapp porque significa que “no le importo a nadie”, no sabe si tiene una vida o solamente una proyección en redes sociales, si no tiene la batería cargada del celular siente un vació tremendo, no sabe qué hacer si no tiene la televisión y tiene una incapacidad para soltar el celular. Fundamentalmente, no puede superar que su marido tuviera otra familia y tuviese “una vida sin mí, pero a mi lado”. Diana afirma que se compra cosas porque “Soy lo que tengo” y que “nadie va a entender nunca esta mano oscura que me hiela el corazón cada vez que me quedo sola”.
Incluso en uno de los conflictos principales de la trama se trata a las relaciones de pareja de forma muy poco convencional: Diana le mandó fotos en bikini al chico con el que Águeda está hablando y afirma que Diana no tiene códigos. Diana se defiende: “Tus principios se rigen por quién te la pone. Nadie es de nadie, no somos propiedad privada. ¿Acaso vos sos dueña de todas las personas con las que te acostaste? ¿Qué es eso de la fidelidad carnal? No puedo creer que seas así de machista siendo mujer”. Sí, esta es la misma obra donde hablaban de La China y Vicuña, marcas de ropa y de zapatos media hora atrás.
El problema de la obra en el momento en que se empiezan a tocar este tipo de temas tan controversiales, antes de que se llegue a tratar con profundidad se hace un chiste que rompe con el clima de reflexión. No sea cosa que el espectador se angustie, ¿no? Hay que dejar que el espectador piense, reflexione, se angustie y tal vez salga de la sala un poco más sabio de lo que entró. Porque, ¿para qué está el teatro si no es para movilizarnos?
Las actuaciones son bastante acartonadas y los diálogos tienen poca fluidez. Tal vez se logre un poco más de flexibilidad a medida de que pasen las funciones.
por Daniela Barri
Fotos: WE Prensa
Falladas
Multiteatro: Av. Corrientes 1283 – CABA
Miercoles, Jueves, Vienes 21 hs, Sabado 21 y 23 hs y los Domingos 20.30 hs