Las lágrimas se secan solas. Espectáculo musical dirigido por Dennis Smith, libro de Osvaldo Bazán y excelentes actuaciones de Mariú Fernández, Federico Coates y Manuel Victoria.
Escrita por Osvaldo Bazán y dirigida por Dennis Smith, una especie hibrido entre unipersonal, concierto, homenaje y biografía; Mariú Fernández (El pasajero, Tango Feroz) se mete en la piel de la enigmática cantante y nos muestra su vida, su muerte y su obra.
Acompañada por Manuel Victoria (Avenida Q) y Federico Coates (En el Bosque) que sirven de coristas, terapeutas y bailarines, nos lleva a través del amplio repertorio de Winehouse con alguno de los temas más conocidos, pero también con algunas perlas perdidas como Me and Mr. Jones y Monkey Man.
Fernández se mete por completo en la piel de Amy y nos muestra los paralelismos que existen entre ella y la cantante londinense, cómo a pesar de las distancias y factores culturales, ambas necesitan secar sus lágrimas. Por momentos no se distingue dónde empiezan los demonios de una y terminan los de la otra. Mariú transmite, emociona y electrifica con su actuación y su voz.
La escenografía es bastante minimalista, pero compensa con la magnífica banda en vivo, que también encarnan los músicos que siempre acompañaron a Amy.
El libro es interesante, ahonda en temas como la infancia, la identidad y su significado, pero quedan en el camino sin profundizar muchos aspectos de la tormentosa relación de Amy con su padre, sus amantes, su desorden alimentario, las adicciones y los hechos que la llevaron a esa fatídica noche de 2011 cuando la joven estrella encontró la muerte.
Hilarante y a la vez dramática, Mariú y sus hombres nos llevan por un camino de autodescubrimiento y humor donde las lágrimas se secan más rápido con buena música.
Por Daniela Barri
– Actualmente la obra no se encuentra en cartelera –
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