Tradición, calidad, espíritu innovador y proceso artesanal de hierbas y especias de 4 continentes: cómo es la historia de la bebida emblemática argentina, en el marco de su 175° aniversario.
Buenos Aires, agosto de 2020.- Nadie se imaginó que la alquimia de un creador y visionario como Bernardino Branca iba a llegar a nuestros días más presente y vibrante que nunca. La historia de la humanidad tomó los caminos más inesperados y, sin embargo, Fernet Branca cumple 175 años conservando la misma fórmula de generación en generación, cuya composición sigue permaneciendo secreta, como las verdaderas recetas. En 1845, este boticario milanés creó una bebida con propiedades singulares a la que llamó fernet. Así se inició la historia de una marca que sería reconocida mundialmente, manteniendo siempre la calidad y el proceso artesanal de sus materias primas. Te invitamos a conocer la historia de uno de los productos más fascinantes de nuestro país, una marca que no conoce fronteras ni océanos y que creó un producto líder en su categoría a nivel mundial.
¿Cómo empezó todo?
Finalizando la primera mitad del siglo XIX en la ciudad de Milán, Bernardino Branca, un singular boticario conocedor de la alquimia, obtiene una bebida única a partir de la sabia combinación de hierbas, cortezas, raíces y frutos macerados en alcohol. Persiguiendo la fórmula de algo que todavía no sabe qué es, pero que intuye revelador: un líquido oscuro capaz de conjurar las propiedades de todas las hierbas del mundo. A su lado se encuentra su colaborador, el Dr. Fernet, oriundo de Suiza y es por ello que Bernardino decide unir sus nombres para bautizar su reciente creación que pronto se volvería popular en toda Italia y, años más tarde, en un emblema mundial.
Esta preparación poseía propiedades curativas, en sus inicios fue usado como digestivo y luego su consumo como aperitivo se popularizó en toda Italia. Siguieron años de crecimiento y gracias a su alta calidad y propiedades digestivas, Fernet Branca ganó numerosos premios y reconocimientos internacionales. En 1907 Dino Branca asumió la dirección de la empresa y creó Fratelli Branca Destilerías conquistando los mercados norteamericano y europeo bajo el lema Novare Servando, que expresa el espíritu innovador, abierto a lo nuevo y a las oportunidades, pero al mismo tiempo con una fuerte voluntad de conservar y preservar los valores de la tradición. En 1938 el rey Emmanuel III de Italia le concedió a Dino el título aristocrático de Conde en honor a los logros empresariales y éste fue heredado por su primogénito. La empresa continúa siendo un negocio familiar, dirigido desde 1999 por Niccolò Branca, miembro de la quinta generación de dueños de la marca, quien afirma: “La calidad del producto y las personas que trabajan en la empresa son las principales causas del éxito de Fernet Branca y las razones por las que ha crecido de esta manera a lo largo de los años. Las personas que trabajamos en Branca tenemos pasión por el producto y por lo que hacemos. Cada empleado pone su alma y creo que cuando uno trabaja con pasión y con el corazón, el resultado luego llega.“
Nace una pasión argentina
A nuestro país llegó de la mano del primer gran proceso de modernización social, política y cultural de la Argentina, hacia la primera década del siglo XX, cuando tuvo lugar la inmigración más masiva en la historia del país. Esos italianos trajeron el consumo de fernet, que, gracias a su gran aceptación, se expandió de manera inédita por todo el territorio nacional a lo largo de muchos años. Con la creciente demanda Fratelli Branca decidió en 1941, radicarse en nuestro país para producir localmente. Inició sus operaciones en la calle Uspallata, en el barrio de Parque Patricios y en 1982 se mudó a Tortuguitas, provincia de Buenos Aires, donde se construyó la más moderna bodega subterránea de Sudamérica.
El secreto de una fórmula centenaria
Mirra, ruibarbo, manzanilla, cardamomo, orégano y azafrán, son algunas de las decenas de hierbas que contiene Fernet Branca. Estas materias primas de altísima calidad provienen de 4 continentes distintos: América, Europa, Asia y África. ¿Cuántas son en total? ¿Qué otras hierbas forman parte de este proceso? ¿En qué proporción se encuentra cada una de ellas? Nunca lo sabremos. Parte de la magia y el alma de este producto tan noble reside en el cuidado de su fórmula que descansa bajo llave y su secreto se ha mantenido de generación en generación por 175 años.
Estas hierbas, especias y raíces se mezclan primero a través de una infusión caliente y después una infusión fría, para terminar maceradas en alcohol que luego se filtra y reposa durante un año en cubas de roble de Eslovenia. Solo determinadas personas de altos cargos de Fratelli Branca conocen las medidas exactas de 22 de esos botánicos, mientras que de las restantes solo algunos miembros de la familia Branca guardan el secreto. La receta codiciada llega a la fábrica en Argentina con el mismo cuidado, un miembro de la familia viaja dos veces y prepara la mezcla madre. En ese encuentro se completan el proceso de elaboración del producto y el control de los estándares internacionales de calidad. La producción argentina, si bien sigue esos estándares de preparación, adquiere impronta propia: el cambio de agua y el alcohol y la utilización de caña de azúcar lo modifican sensiblemente, es por ello que el fernet argentino es único.
Con la huella del Novare Servando, que implica innovar y animarse a lo nuevo conservando los valores de la tradición es que este marca supo reinventarse y en la década del 80 con epicentro en Córdoba se popularizó la versión del Branca y Cola que se mantiene hasta el día de hoy, llegando a ser esta preparación el único trago argentino en formar parte de lista oficial de cócteles de la Asociación Internacional de Bartenders. En los últimos años Fernet Branca se viene destacando en la coctelería mundial sumando cada vez más adeptos con preparaciones como el Hanky Panky, Orange Bitter o la reciente incorporación del Branca Smash.
Actualmente, Fernet Branca se distribuye en 160 países, pero solamente se produce en Milán y en Buenos Aires. Esta bebida con una historia de peregrinaje transatlántico y una identidad multifacética, celebra sus 175 años más vigente que nunca. “Tengo el honor de dirigir una empresa con perfil humano, tenemos pasión por lo que hacemos y creemos en el producto, vemos la importancia de poner amor en lo que uno está haciendo. Fernet Branca nace con la intención de hacer bien a las personas, un mix que nace de hierbas y raíces. La fórmula ha pasado de generación en generación, es un secreto que solo los responsables de la empresa conservan y que se mantiene en el tiempo, es una fórmula única para hacer un producto único, casi mágico. Creo que esto es muy importante, no ver el negocio desde el interés personal, individualista y a corto plazo, sino de construirlo a largo plazo, para la próxima generación. Creo que estos son los valores que hacen grande una marca y la hacen vivir en el tiempo”, concluye el Conde Niccolò Branca.
Fernet Branca