Crítica de “Los Monstruos”

Protagonizada por Mariano Chiesa y Natalia Cociuffo. Escrita y dirigida por Emiliano Dionisi. Letra y Música de Martín Rodríguez.

Claudio y Sandra saben que tiene hijos “especiales”, que por eso tiene problemas para adaptarse y no tienen amigos, pero claramente es porque no los entienden, ¿no? Que ese es el precio que deben pagar por no ser mediocres. Pero no importa, porque las únicas personas en las que pueden confiar en este mundo monstruoso son sus padres. ¿O no es así?

Pocas veces se presencian eventos teatrales tan extraordinarios como es “Los Monstruos” y uno como espectador se queda sin palabras ante la magnitud de lo que presenció. Este es un humilde intento de transmitir lo que fue esta experiencia.

Dos padres aparecen en este escenario donde se encuentran, se desencuentran, monologan, se desconectan, se ven como polos opuestos, pero son vivos retratos del otro. Claudio, padre soltero con un hijo con tendencias a la violencia, hiperactivo e inmanejable. Sandra, madre casada pero que cría a su hija con un padre ausente en presencia, con una hija tan tapada por la voz de su madre que ya ni intenta hablar. Una madre que no sabe ser madre, sino amiga de su hija, en quién descarga todos sus secretos. Un padre tan convencido del potencial de su hijo que ni siquiera puede ver las tendencias psicopáticas del mismo. Dos padres distintos que le enseñan a sus hijos que no pueden confiar en nadie excepto en sus propios padres. Dos padres que aman de una manera enferma, porque no pueden amar de otra forma, porque es lo que el corazón les pide.

Los monstruos se nutre de la intimidad que brinda el Teatro Picadero, donde podemos ver a la perfección la mutación de sus intérpretes: padres, hijos, abuelos, nietos. Con una música sencilla, pero con letras punzantes. Algunos podrán quejarse de esto, pero la realidad es que la historia está tan cargada a nivel emocional que una música más elaborada hubiese ahogado al espectador. Natalia Cociuffo y Mariano Chiesa son simplemente increíbles, son los actores y cantantes que esta obra necesita y son tan potentes que hasta les apagan el micrófono porque ni lo necesitan, su voz se extiende en todas direcciones. Y se requieren intérpretes extraordinarios para llevar a cuesta una obra así. Donde, a pesar de querer transmitirle tranquilidad a sus hijos, la angustia, los gestos nerviosos que expresan la pulsión de muerte están ahí, sólo hay que prestar atención.

Todo se apoya en el texto; la escenografía es totalmente minimalista: una plataforma blanca marcada por garabatos, dos sillas y un mueble con estantes detrás de los actores con algunos elementos que utilizan. Una banda en vivo compuesta por una batería, un piano de cola, guitarras y bajo. Porque no necesitan nada más.

Porque este guión tampoco necesita nada más. Los temas que tratan se ven reflejados por completo en las letras:

La negación y la proyección de las expectativas propias en los hijos:

.

[…] No es tan duro ser mejor.

enseñarle a todo el mundo

que no pueden con vos.

no puedo esperar ni un segundo más

para ver todo, todo, todo, todo, todo

todo lo que vas a  lograr […]

 

Pero si hablamos de verdad

y con total sinceridad,

el problema son los demás,

que no entienden que vos no sos igual. […]

[…] el problema son siempre los demás […]

..

El alivio que sienten a la hora de dejar a sus hijos en el pelotero para que los chicos “se cuelguen, corran, se trepen, se agiten, se cansen” :

.

[…] Todo cambia cuando

se comparten momentos

Es tan fácil olvidarse dónde esté el centro.

No hay palabras para

describir lo que siento

Cómo amo los peloteros. […]

.

La frustración por tener un matrimonio vacío y la falta de una vida sexual satisfactoria:

.

[…]Después de algunos años hay que rebuscársela

para mantener viva la cosa.

¿Qué tiene de malo imaginarse otra cara, otro cuerpo, otra piel?

Fantasear con el pediatra, el novio de mi mejor amiga,

el chiquito ese que reparte los diarios,

el papi del cole.

Podré estar casada, pero sigo siendo una mujer,

como todas esas mujeres

 Que necesitan cumplir con su rol.

Quieren gozar el placer del amor.

Solo un momento en que estemos los dos,

quiero sentirme viva con vos. […]

.

Cómo es preferible que, a la hora de lidiar con un hijo y sus problemas, es preferible mandarlo a hacer todo tipo de actividades extra curriculares en vez de enfrentarlo:

.

[…] En casa a la tarde no te quiero ver, ¡No! […]

[…]Bienvenido al equipo ganador.

Los que no necesitan pedir perdón.

Brindemos por vos,

el mundo quiere saber quién sos.

¡Brindemos por mí! 

.

Padres que en vez de ser padres sienten que “tienen tanto de aprender de él/ella” y sus hijos son “grandes compañeros” y confidentes:

.

[…] yo no soy de esas mamás

que cuentan cuentos en lugar de la verdad.

Todos mis secretos seguros con vos sé

que están. […] 

.

Donde las historias de abandono e incomprensión se repiten una y otra vez en un loop infinito:

.

[…] SANDRA PEQUEÑA

Mamá, por favor no sigas más.

Por qué te cuesta tanto ver

que me gusta de verdad.

Mamá, con vos no puedo ni hablar,

Cada vez que lo intento las reglas de juego

parecen cambiar. […]

.

No traten de encontrar culpables, no los van a encontrar. O peor, van a ver que todos somos culpables: los padres, los hijos, la sociedad. Los monstruos somos todos.

Los monstruos es una obra de la que uno no sale ileso, aunque lo intente. Es una experiencia profundamente dolorosa, movilizante y altamente reflexiva. Si buscan simplemente entretenimiento, abstenerse entonces.

Nos sumamos a este slogan improvisado que surgió en las redes sociales: Si sos hijo, padre o ser humano, por favor, ANDÁ a ver Los Monstruos.

por Daniela Barri




Los Monstruos

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Lunes y Miercoles: 20.30 hs – Entradas Plateanet