Durante su elaboración no se adicionan agentes externos que pudieran enmascarar la expresión del Cabernet Sauvignon, como ácido tartárico y cítrico para corregir acidez o anhídrido sulfuroso para su estabilización.
El mosto macera con las pieles de la uva y se fermenta sin añadir levaduras comerciales, siendo las levaduras nativas las responsables de llevar a cabo dicho proceso. Al finalizar, el vino obtenido se embotella sin clarificar ni filtrar lo que explica su ligera turbidez.
“Nuestros vinos naturales tienen nombres de animalitos porque creemos que es la mejor manera de representarlos. Todos ellos están unidos a una historia familiar y Pancho, no es la excepción. Así nombramos a El Cabrito que llegó a la finca como regalo de cumpleaños para Isabel, mi sobrina. Sin dudas, El Cabrito es un nuevo integrante de nuestra familia y se suma a la línea de vinos naturales”, comenta Julia Zuccardi.
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