Originaria de Borgoña y reconocida como base de los grandes Champagnes, la Chardonnay es una de las uvas blancas más plantadas y apreciadas en todo el mundo. En Argentina, ocupa un lugar clave en la elaboración de espumosos de calidad.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la Chardonnay está presente en 16 de las 18 provincias productoras de vino, con Mendoza a la cabeza (83% del total), seguida por San Juan y Neuquén.
“Es una uva que se adapta muy bien a los diferentes terroirs de Argentina, y en espumosos permite lograr desde estilos tradicionales hasta propuestas orgánicas o disruptivas como un naranjo, sin perder elegancia“, explica Lorena Mulet, Directora General y enóloga de Bodega Cruzat, única bodega nacional dedicada exclusivamente a espumosos bajo método champenoise.
Con 20 años de historia y la filosofía de elaborar solo espumosos de método tradicional, Cruzat se ha convertido en referente de las burbujas argentinas, combinando tradición francesa con identidad mendocina.
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