Buenos Aires, designada Capital de la Gastronomía Iberoamericana 2017, se hace cada día más merecedora de este galardón con el crecimiento exponencial de la propuesta culinaria. Los restaurantes “a puertas cerradas” se suman y buscan su lugar en la ciudad y dentro de ellos destaca Mo Ment, un espacio que se nota creado con y por amor al arte del buen comer. Ubicado en el barrio porteño de Belgrano, en una casa antigua con hermosos vitrales, adaptada y ambientada para mantener la belleza de lo tradicional con toques sutiles y minimalistas de lo moderno, ofrecen el marco ideal para los platos del Chef Federico Agustín Cassino.

Aparte de restaurante Mo Ment ofrece servicios de catering, eventos privados, clases de cocina y espacio para degustaciones de vino. Como restaurante ofrece cenas de miércoles a sábado y trabajan con reservas que se pueden hacer a través de restorando, vía telefónica o con cookapp. Particularmente mi experiencia ocurrió en un evento privado, lo cual considero un detalle a destacar porque se encargaron de facilitar todo el proceso de organización, además las sugerencias de Sofía Rodríguez fueron muy atinadas; otra vez se nota la pasión y el conocimiento que tiene esta gente de lo que hace.

La propuesta permite elegir entre menús de tres o cinco pasos que van variando y ofrecen la opción de maridaje por un costo extra. Cada paso ofrece tres opciones para elegir, excepto el postre que solo ofrece dos. Las presentaciones y las porciones correctas e impecables, a destacar de las entradas la trucha con crema de choclo y leche de coco, así como las mollejas y panceta sobre cremoso de papa y aderezo cítrico. De los principales la sorpresa fue la pesca blanca del día, con una pinta poco habitual y no tan tentadora como los otros platos, pero con sabores muy bien balanceados y con clara influencia de la gastronomía Española. La pasta rellena de zapallo asado con huevo 63° y queso de cabra, necesitó una dosis extra de queso de cabra para alcanzar la perfección; y finalmente las ribs de cerdo 18hs con papines, hongos y vegetales estuvieron muy tiernas y con exquisito sabor a salsa barbacoa.

Tuve un crush importante con el último paso, siendo alguien que prefiere lo salado a lo dulce y que generalmente comparte los postres, el choco húmedo con orange curd fue sin dudas lo mejor del almuerzo y obviamente la recomendación obligatoria para postre. Vinos y espumantes servidos a temperatura correcta y la atención es tan buena y personalizada que antes de sacar algo como no va te ofrecen alternativas. Está demás decir que Mo Ment es una experiencia recomendada que se presta más que bien para ocasiones especiales, cenas íntimas o simplemente para vivir y disfrutar el arte del buen comer.

Por Mariel Nuñez

Colaboración: Sarah Lora G.