Argentina es oficialmente el primer país del mundo en tener un día nacional -el 22 de noviembre- que conmemora el kimchi fuera de Corea del Sur, gracias a la promulgación de la ley por el Poder Ejecutivo. “La fecha conmemora el Día del Inmigrante Coreano, pero al ser el kimchi un símbolo de la cultura coreana se lo conoce como el Día Nacional del Kimchi en Argentina”, explica Yongsoo Lee, Embajador de Corea del Sur. Y para celebrarlo, este año el Concurso Hansik, organizado por la Embajada de la República de Corea en Argentina, desafió a los cocineros y cocineras de Argentina a preparar platos coreanos y llevarse el reconocimiento en el dominio de los sabores de una cultura milenaria.
“Llegué a la gastronomía de casualidad, porque me interesaba mucho el k-pop y a través de la música empecé a ver fotos y conocer más de la cultura coreana. Esta curiosidad me llevó a viajar a Corea en 2019, justo antes de la pandemia, y vi un país increíble con gente muy amable. Volví apasionada de todo lo que viví, entonces empecé a estudiar coreano y fue mi profesora quien me explicó sobre la historia milenaria de su gastronomía y me compartió las primeras recetas. Así empecé a cocinar para mi familia y fueron ellos quienes me alentaron a presentarme al concurso”, explica Aylén Tarallo, la ganadora del Concurso Hansik 2023 -gastronomía coren- quien se destacó al cocinar el típico plato Bibimbap. Luego de esta experiencia Aylén cuenta que está pensando seriamente en abrir el primer restaurante coreano de su pueblo Valle Hermoso, cercano a la localidad cordobesa de La Falda.
(Ayelén Tarallo junto al Embajador Yongsoo Lee)
Sin dudas, el crecimiento del movimiento hallyu (ola coreana) y todas sus expresiones culturales explican el boom que hoy está viviendo la comida coreana, conocida como “k-food” (k por korean). Así, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires muchos de los restaurantes de esta colectividad que hasta hace poco solo atendían a la comunidad comenzaron a abrirse a clientes locales, acompañados de una nueva generación de cocineros descendientes pero nacidos en Argentina, quienes han logrado modernizarse y adaptarse a los paladares locales. Un ejemplo destacado es el de NaNum -de la joven chef Marina Lis Ra- que es el primer restaurante coreano en el país que acaba de ser incluido y recomendado por la prestigiosa Guía Michelín.
Pero cómo se explica que en el país del chimichurri, los asados domingueros y el fernet, se popularice el kimchi -fermento a base de repollo asiático y especias picantes-, se coma parrillada coreana y se empiece a tomar soju (bebida destilada coreana)? Algunas de las razones:
1- Saludable
Siendo uno de los países con la menor tasa de obesidad del mundo, su gastronomía variada y abundante en vegetales la hacen muy saludable. Está siempre conformada por un conjunto de banchan –guarniciones en las que las verduras son protagonistas–, arroz, y algún plato principal que contiene normalmente carne o pescado. Todo se comparte en la mesa. Y por supuesto, los siempre presentes alimentos fermentados, con el kimchi, en el puesto número 1, cuyos beneficios para la salud son innumerables.
En Buenos Aires: Kimchuski son los especialistas y tienen venta online pero también distribución en varias tiendas locales, Sandra Lee dicta clases para aprender a hacerlo en casa y Café Seúl ofrece kimchi en un ambiente que te traslada a una cafetería de especialidad de la capital surcoreana
2- Es instagrameable y delicioso
En la era de Instagram, en dónde todo se viraliza por su atractivo visual, la comida coreana cumple con varios requisitos. Al estar ligada con los cinco elementos de la cultura coreana –madera, fuego, tierra, metal y agua–, que se asocian con los cinco colores, conocidos como Obangsaek: azul, rojo, amarillo, blanco y negro, los platos son coloridos y vistosos (un imán para los likes en las redes sociales). Ni que hablar de la manera tradicional de comer con una variedad “banchan”. Al no tener un primero o un segundo plato, todo se sirve en el mismo momento en pequeños platillos que hacen de la mesa, un pequeño banquete diario con sabores caseros que remiten al cuidado de una madre.
En Buenos Aires: Ku:l. De afuera, este restaurante pasará desapercibido ya que no cuenta con cartel a la vista, pero al tocar la puerta se abre un mundo de aromas y sabores. Situado en la calle Carabobo, es un must del comfort food coreano.
3- Promoción en cada K-drama
Corea del Sur es el principal exportador de series de ficción del mundo luego de Estados Unidos y Reino Unido. Y no hay novela coreana (k-drama) en la que no haya un momento culinario de los protagonistas.
¿Quién no vio alguna escena en donde se junten en grupo a comer Chimaek (la conjunción de dos palabras: ¿pollo frito y cerveza), la versión coreana de nuestra “pizza con cerveza”? Un fenómeno gastronómico coreano contemporáneo muy popular en el país de BTS cuyo consumo también aumenta considerablemente en los meses de verano, inducida por las juntadas de fin de año con amigos. Según los datos, hay más casas de pollo frito solo en Seúl que Mc Donalds en todo el mundo.
En Buenos Aires: Maniko. Fue el primer restaurante especializado en pollo frito del país y su dueño Andrés Chun, es el único certificado en esta especialidad de la Argentina, capacitado en la Daejeon Chicken School de Seúl. Tiene sucursal en Flores, una reciente apertura en Palermo y van por más.
4 -Se adapta a cada estación
Si bien el kimchi se come todo el año, en Corea al igual que en Argentina, las estaciones del año están bien marcadas. Y con ello las comidas típicas de cada momento del año. En invierno, ganan los caldos y sopas hirvientes que calientan hasta el alma. Pero en los meses de calor, la estrella es el Naengmyeon, los fideos fríos que se comen en un caldo con hielo cubierto con verduras encurtidas y fermentadas con rebanadas de carne hervida fría.
En Buenos Aires: Singulbongul son especialistas en sopas y guisos. En verano nunca falta el menú de Naengmyeon.