Mess, el restaurante de Celeste Rizian y Guido Casalinuovo, nace en 2018, dedicado exclusivamente a eventos privados y corporativos. Con el correr del tiempo se diversificaron, incorporando clases de cocina y take away de platos para regenerar en casa, durante la pandemia. El 5 de octubre de 2022, Mess abrió sus puertas como restaurante.
Mess en inglés es desorden, quilombo. En medio oriente, mezze es una picada. Es un juego de palabras que invita a picotear de manera desordenada, lúdica, sin reglas y con la subjetividad del comensal en su mesa. “Consideramos que todo lo que hacemos es para servir bien al cliente. Para nosotros es importante otorgar una experiencia lo más integradora que se pueda, que sea disparadora, medular, que toque la fibra de quienes han comido comida de familiares, amigos, de gente que ya no está pero sigue estando con nosotros”. En Mess, el servicio de cada mesa es diferente, se crean experiencias irreplicables.
La propuesta se divide en cuatro pilares.
Mezze es la carta que rige las tardes, de 17 a 19 horas, horario de after-office. Un formato breve acompañado por coctelería y vinos.
La carta completa tiene diecisiete platos (entre dulces y salados), que van variando de acorde a la temporada. Son pequeñas raciones para armar la comida de la manera que uno quiera, sin un orden concreto.
Los sábados y domingos de 12 a 15.30 horas, Mess abre al mediodía, en un formato más orientado a las familias. Esta carta se divide en entradas, principales y postres, en una propuesta más accesible, tanto conceptual como económicamente.
La última incorporación del proyecto es el menú degustación, que propone un recorrido por los platos más significativos de la casa desde su comienzo. Cuenta con doce platos en siete tiempos, un maridaje con cinco etiquetas de vino y café. Este menú permite conocer la identidad del restaurante en una visita, pensado especialmente para aquellos que no vivan cerca. Mess es el primer restaurante de la zona en ofrecer comida por pasos, en una apuesta al crecimiento gastronómico de Pilar.
“Siempre buscamos darlo todo sin importar de dónde vengan nuestros clientes. Cerca o lejos, queremos que valga la pena el viaje, que se vayan contentos. ¡43 kilómetros no es lejos!. Hoy el objetivo de cualquier gastronómico fuera de CABA es descentralizar un polo. Entender que hay más allá de General Paz. Trato de hacer una analogía: cuando viajás por ocio, sea a donde sea, no dudás un segundo en tomarte un transporte público o viajar una hora para conocer un lugar diferente. Tomo como referencia la costa del sur de España. Valencia y sus alrededores cercanos y tan bonitos. Para mí es lo mismo, en un mundo con tanta vorágine no hay nada más sano que sentirse de vacaciones por unas horas” asegura Guido.
Los platos
La creatividad en Mess surge de una historia, platos con memoria que son reinterpretados. La búsqueda resulta en sabores refinados, elegantes. Se respeta la cultura: el equipo no cree poder mejorar lo que ya es perfecto, sino inspirarse en ello para crear platos de su autoría, que los reflejen como cocineros.
Algunos de los platos favoritos de los comensales son el sarmá vegetariano, el manté, el lomo al bastermá y el baklava.
Mess tiene varias opciones de maridaje. Una carta de tragos de autor que se vincula con el estilo del restaurante y una selección de 22 etiquetas de gin para los amantes del gintonic. Destilados y licores varios, para abrir y cerrar la comida; y una carta de vinos, corta y precisa.
Los cocineros
Celeste es descendiente de armenios y griegos, ha observado a su familia cocinar desde pequeña, lo que despertó el deseo de formarse profesionalmente en gastronomía. Su estilo personal viene por dos corrientes: su familia paterna le permitió conocer los sabores de medio oriente; la rama materna le hizo descubrir la cocina francesa tradicional. Trabajó en diferentes restaurantes como Naná, Basa y Alo’s.
Guido es descendiente de italianos del sur y aficionado de la cocina desde que tiene memoria. Pasó por prestigiosas cocinas como El Almacén, Knock, El Celler de Can Roca y Alo’s, donde fue jefe de cocina durante más de dos años.
Se conocieron trabajando en Alo’s, el bistró de San Isidro, un gran semillero de talento gastronómico. “Nos bastó menos de un año para entrar en confianza. Nos pusimos en pareja, nos casamos y fuimos padres de dos bellezas: Lena, nuestra hija y Mess Cocina, nuestro bebe restaurante”.
Sustentabilidad
El equipo de Mess no sólo se centra en el producto, sino que tiene un fuerte compromiso con el impacto que generan en el ambiente. La industria gastronómica desperdicia cantidades obscenas de alimento constantemente, y la cocina del restaurante trabaja día a día para reducir su desperdicio. En su corta trayectoria han alcanzado números más que interesantes que quieren seguir mejorando aún más.
Además, trabajan con una PYME para reciclar las botellas vacías, realizando ceniceros, jarras y otros objetos que vuelven a servir al salón, haciendo un recorrido circular.